PRESENTE

Estos días a menudo me sucede que se me empapan los ojos de lágrimas, sintiendo una profunda tristeza e impotencia con lo que está pasando en el mundo…no soy capaz de imaginar como sería para mi si de repente me viera obligada a recolectar, guardar y coger en una maleta “lo más importante” y marcharme porque ya no es seguro quedarme, vivir ni trabajar en el lugar que habito; casa, población, ciudad, país…seguro que mis prioridades y necesidades cambiarían y se reducirían radicalmente.

Consternada de pensar que tantas personas emigran con solo una maleta y lo puesto, intentando cruzar “fronteras- territorios”, buscando un pedazo de tierra donde poder estar, como si no fuéramos todos humanos con el mismo derecho de existir y ser. Cuando me pongo en la piel de esas personas, personas que no desconozco…y me imagino a esos tantos de niños, mujeres y hombres, me pregunto como será tal forzado cambio, ante el temor de morir, con la necesidad de huir, sin saber si podrán salir, empezar de nuevo o simplemente sobrevivir…me siento muy impotente por no poder hacer más…. por no entender como en este siglo puede seguir habiendo tanta crueldad, hostilidad y ganas de destruir…vidas, sueños, casas, ilusiones…

Todo esto me hace pensar, recapitular, observar…y cuestionarme que es lo esencial para mi, en esta vida, en este tiempo, en este planeta. Donde quiero focalizar aun más la atención y en qué destinar mi tiempo mientras eso sea posible.

A todos nosotros nos gustaría vivir en paz, en armonía, y en dicha interior de forma continua, sin embargo a menudo nos encontramos con dificultad en alcanzar esas cosas que anhelamos. Desde bien pequeños aparecen conflictos y un desequilibrio entre la demanda que nace, crece y se transforma en nuestro interior, para poder satisfacer nuestros impulsos vitales, deseos, necesidades (afectivas, intelectuales, sociales, físicas, etc.) y la respuesta que encontramos ante ellas en el exterior, en la sociedad, en la familia, en las relaciones de pareja, de amistad…en el planeta.

Como físicas podríamos hablar de cobijo, seguridad, estabilidad económica, etc. Algo que aparentemente es fácil y que como podemos ver en la actualidad, por una crisis, por la pobreza, por una guerra y otros factores se pueden desplumar en un abrir y cerrar de ojos.

A nivel vital: buscamos la expresión a través de los instintos. A nivel afectivo deseamos poder expresar nuestros sentimientos positivos y llegar a cierto tipo de madurez en este aspecto. A nivel mental, intelectual necesitamos conocer, comprender y entender tanto nuestro mundo interior como el mundo que nos rodea. A nivel social necesitamos sentir que formamos parte, que pertenecemos, que nos integramos en la sociedad y con las personas con las que convivimos. En caso de sentir lo contrario, es probable que me sienta solo, excluido del grupo, del sistema y probablemente nacerá un sentimiento frustrado de soledad y angustia.

El ser humano tiene necesidades, deseos, aspiraciones, motivaciones de paz, felicidad y plenitud tanto a nivel individual (buscando la independencia, la originalidad) como a nivel colectivo (necesitamos sentirnos aceptados, comprendidos por la sociedad). El ser humano también tiene la necesidad de sentirse útil en lo social (sintiendo que hago algo, que soy valioso, que me lo gano). A un nivel superior, también hay personas que necesitamos enriquecernos a nivel espiritual (éticamente bien, bello, armónico, estético y en busca de descubrir el conocimiento de la verdad, búsqueda de nuestra esencia).

La sociedad satisface muchas de estas necesidades, aunque también nos impone muchas obligaciones y condiciones, tiene criterios de valoración y de conducta, moldes donde nos dice que es lo bueno y/o lo malo, cómo comportarnos y actuar, un espacio de exigencia continua y en caso de no seguir la norma establecida, es posible que reciba crítica, rechazo u oposición. La sociedad representa la familia, los amigos, la educación, la política, nuestro sistema laboral, económico…la sociedad nos empuja a seguir un orden, una disciplina, unos patrones de conducta y de valoración. Y como necesitamos sentirnos integrados, útil y desarrollar nuestras capacidades nos adaptamos a estos moldes…aunque a veces tengamos reacciones de protestar, de rechazo por esta imposición.

Como resultado de esta interacción veo continuamente en consulta, muchas personas que no solo tienen un déficit en su campo energético y que les es sumamente difícil encontrar la Paz y el equilibrio entre esta vida interior que parece que nunca “pueda” desarrollar completamente su potencial puesto que “tengo” que ser obediente, y demasiadas veces reprimir mis impulsos, mi sexualidad, sin poder dar rienda suelta a mi energía vital y creativa, entrando más a menudo de lo que somos conscientes en la impresionante censura, critica y auto juicio. Y esto nos debilita y nos confronta. Seres humanos encarados a la producción y a la eficiencia, cada vez más insatisfechos por timidez o agresividad y cargados de inseguridades. Como compensaciones a esto entra la mente, como mecanismo que nos ayuda a regular de esta contradicción y lucha interior. En esa batalla, no me permito mis verdaderas necesidades interiores y si permito las que vienen impulsadas…entonces como resultado la mente pasa a ocupar un puesto primordial, la necesidad de un falso control, una exigencia y vigilancia constante. Cuando hay este conflicto entre lo que deseo y lo que es (como lo que puedo y/o debo y no debo), entonces la mente se activa y se pone al servicio y deja de funcionar con objetividad, es más se obsesiona, y se vuelvo más egocéntrica, más narcisistas.

Creo que de nuevo se nos presenta una gran oportunidad para revisar nuestros valores, prioridades y abrirnos a una mayor consciencia de real apertura, solidaridad y amor incondicional.

Enamórate de la conexión contigo mism@ y de tu propia alma. Escucha a tus guías. Encuentra espacios de vacío, de silencio, de quietud. Danza, medita, dale movimiento a tu cuerpo y sobretodo regenera tu campo energético para subir la vibración, comparte y manda tu luz a todos los seres humanos para que entre todos podamos ser más libres de tanto sufrimiento, unidos entrando paralelamente en otras dimensiones.

Ahora sentada en la playa, contemplando el mar, sintiendo que puedo parar por unos instantes… cierro los ojos….y me venís a la memoria… en forma de meditación…a través de una gran sonrisa, os mando un rayo de luz para seguir conectadas desde el corazón… Om Ah Hum🙏🏻 que allí donde estés sigas sembrando la semilla del amor y La Paz 💫💜🙏🏻

Amerai Carrera

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