Aprendiendo a Amar en cada situación

Quiero empezar el año compartiendo contigo un poco sobre uno de mis últimos procesos vividos, más vulnerables, necesitados de mucha introspección, revaloración de patrones relacionales y de mayores aprendizajes de los últimos meses de este pasado 2022.

Muchos de vosotros sabéis que estaba en una relación íntima profunda y de convivencia con un hombre maravilloso, muchos presenciasteis y compartisteis conmigo las distintas fases por las que pasé en estos últimos tres años y medio de “relación de pareja” tanto en mi vida personal como en la profesional (ya que muy a menudo me acompañaba), desde el enamoramiento inicial, descubriéndonos, conociéndonos, sorprendiéndonos, a la convivencia plena y completa, con ese deseo interno de mi alma de fusionarme y fundirme con el otro. En el proceso de maduración de la misma. Y en la dura y dolorosa decisión final de separarme y romper el tipo de relación que habíamos ido construyendo.

Que aprendí durante esta relación:
1.- Que partes de mi ego estaban listas para morir.
2.- Que mi alma sabe mejor que mi mente que es lo que me toca vivir para seguir aprendiendo.
3.- Que al tener un guerrero al lado, mi guerrera puede relajarse.
4.- Que cuando nuestros niños juegan la creatividad compartida es infinita y se multiplica.
5.- Que mi capacidad de amar y entregarme es infinita, y que depende de mi, no de la respuesta del otro.
6.- Que gracias al masculino y femenino interno del otro, puedo equilibrar los míos propios.
7.- Que aquello que no me gusta del otro, es una proyección de una parte de mi misma.
8.- Que la sexualidad es sagrada y consciente cuando ponemos los dos la clara intención de intimar desde el momento presente, único e irrepetible. Sin ayer, sin mañana ni objetivo.
9.- Que una relación es una continua negociación, donde si yo “pierdo” el otro pierde, si él “gana” yo gano también. Donde no merece la pena competir ni luchar.
10.- Aprendí que no puedo salvar al otro, que cuando lo hago me pierdo a mi y además le quito el poder al otro.
11.- Aprendí que soy capaz de poner límites desde el amor y la serenidad cuando me siento invadida o no respetada.
12.- Aprendí a ver cuando yo no soy capaz de ver al otro y empatizar cuando el otro no se siente respetado por mi.
13.- Que para que una relación evolucione conscientemente es necesario que los dos seamos auto responsables de nuestras palabras, silencio, acciones – no acción, patrones, carencias, inseguridades, motivación, ambición, adiciones, salud mental, emocional, físico y energético. Y que cada uno está en momentos de aprendizaje distintos.
14.- Aprendí a seguir abriéndome y mostrarme desde la vulnerabilidad aunque el otro no sepa, pueda o quiera hacerlo.
15.- A abrirme a sentir plenamente tanto en el placer como en el dolor.
16.- A ver mis condicionamientos y expectativas infantiles y románticas sobre “las relaciones de pareja”. A entender de donde vienen esos pensamientos mágicos, y a no ser cruel con mi propio corazón.
17.- A perdonar y a dar más oportunidades de las que a mi me han dado, espacialmente a mi misma.
18.- A ponerme en el lugar del otro, con la escucha y presencia consciente.
19.- A encontrar soluciones creativas a los problemas o conflictos.
20.- A tomar mi tiempo, espacio y a potenciar mis recursos internos individuales ante las crisis.
21.- A agradecer y aceptar cada situación como maestría de la vida.
22.- A soltar lo que no es mío y volver a mi esencia.
23.- A abrazar el miedo al abandono y a la soledad.
24.- A permitir todas las emociones sin juzgarlas y liberarlas del cuerpo emocional, físico y energético.
25.- A seguir cuidándome, amándome y siendo la mejor versión de mi misma con o sin la otra persona.
26.- Que si hay amor el vínculo no se rompe, se transforma.
27.- Que una ruptura no es un fracaso sino una oportunidad.
28.- Que con buena voluntad, mucha paciencia, conciencia, generosidad e integridad el proceso de separación puede ser el mayor acto de amor a parte de dar vida.
29.- Que las rupturas amorosas nos cambian, es como un trauma donde me obliga a morir y renacer.
30.- Que las rupturas me hacen dar pasos gigantes hacia adelante.
31.- Que en lugar de compadecerme, quejarme, culpar, enfadarme, juzgar y catapultarme a heridas de la infancia como la del abandono, el rechazo o la Indignidad. Puedo relacionarme y aportar más dulzura, afecto y bondad a todas mis partes implicadas para sentir el profundo dolor del desengaño mental de lo que creía que era el “amor / relación de pareja” y crear nuevas bases de lo que quiero que sea el vínculo amoroso-intimo compartido.
32.- Que el rencor no sirve de nada, al contrario nos enferma, distancia y bloquea.
33.- A no confundir la protección con el cuidado. Y que lo que quiero en una relación es cuidado, que yo ya sé protegerme.
34.- Que puedo recuperar mi poder, mi luz y mi vida.
35.- Que la vida es abundante y generosa conmigo.
36.- Que la compasión es mi talismán.
37.- Que si suelto el control de como me gustaría que fuera y me abro a simplemente ser, hay un orden divino y me demuestra continuamente que solo debo confiar.
38.- Que gracias a recordar quien soy y de donde vengo, todo lo que importa es Amar
39.- Que de mi depende volver a despertar la sonrisa de mi corazón.
40.- Que confío en mi y en el universo.

Amerai Carrera

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