Mayo 2017.
¿Cómo podemos atraer a nuestra vida a aquella persona con la que compartirlo todo?
¿Cómo conseguir que aquel hombre o mujer que anhelamos se una a nosotros para dar y recibir aquello que deseamos?
¿Cómo encontrar al compañero junto al que caminar en la misma dirección?
Desde mi experiencia quiero compartir contigo que la clave de esta búsqueda está en el propio trabajo personal y aconsejarte que, lejos de luchar por gustar, creas en ti. El camino se basa en aprender a amarse a uno mismo, en reconocerse, en dejar de buscar el reconocimiento ajeno y de actuar solo para obtenerlo.
Yo intento que cada acto, que cada palabra, que cada pensamiento vaya dirigido a sentirme lo más auténtica posible, lo más conectada a mis propias necesidades.
Todo este proceso es un viaje de crecimiento personal, un movimiento interno desde el que ver, soltar y abrazar los miedos, desde el que superar las vergüenzas y atreverme a ser, desde el que modificar patrones para empezar a actuar de modo diferente al habitual hasta ahora; si busco un cambio, si deseo atraer algo nuevo, si quiero crear una nueva realidad, algo debe sin duda cambiar antes en mi interior.
Nuestra realización llegará con el propio crecimiento, y solo realizados atraeremos aquello que anhelamos.
En este sentido, el Tantra ha resultado un muy buen compañero para mí, un gran recurso para mi aprendizaje.
Sexualidad y espiritualidad, de la mano, me conectan con quien soy y me abren la posibilidad de escucharme a nivel físico. Cuando trabajo con mi cuerpo, exploro y me atrevo a compartirlo después, aprendo a abrir, a cerrar y a decidir cómo quiero relacionarme.
El Tantra me ha ayudado a desbloquear memorias y creencias para ir viéndome a mi misma cada vez más desde la luz, desde el amor, para aceptar también mis sombras, para vivir un proceso de renacimiento, para descubrir quién soy en realidad.
Ha sido mientras recorría este camino cuando se han acercado a mi vida personas que he podido considerar maestros o espejos que me enseñaban y me ayudaban a crecer.
Incluso cuando algunas de estas personas no han resultado ser lo que en el fondo deseaba o necesitaba, la experiencia ha servido para demostrarme qué es en realidad lo que quiero y preciso, afinando y sincerándome así conmigo y con mi entorno.
Pidamos, soñemos despiertos, confiemos.
Despertemos nuestra energía sexual y espiritual, creemos.
Desde nosotros mismos.
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