Equilibrio entre mi femenino y masculino interno

Cada uno de nosotros, independientemente de nuestro género, lleva (generalmente de incógnito) dos personalidades distintas, una masculina y otra femenina, que tienen sus propias energías, formas de pensar, de sentir, con distintas necesidades y deseos. En un estado natural, el macho y la hembra internos fluyen en un ritmo en el que cada uno se complementa y apoya al otro. Sin embargo, cuando un lado de esta dinámica se vuelve dominante, puede imponer sus actividades, proyectos y prioridades preferidos al otro. Esta dominación puede surgir de buenas intenciones basadas en el amor, o de intenciones destructivas basadas en el miedo, pero en cualquier caso hace que la polaridad opuesta sufra, pierda su legítima oportunidad de expresarse y ser creativo. Cuando esto sucede dentro de nosotros mismos, nuestras relaciones externas reflejarán la misma incomodidad y tensión. 

Gran parte de mi camino interno y lo que ofrezco en mis enseñanzas, es como encontrar mayor equilibrio y mejor comunicación entre mi masculino y femenino interno, entre la parte de mi que es más racional, “responsable” y exigente con la parte que es divertida, creativa, misteriosa y juguetona. Aprendiendo a escuchar desde distintos ángulos, la fuerza que tienen cada una de ellas para seguir sus propios flujos de forma independiente y a la vez entablar mejor relación entre ambas. Cuando se escuchan, y se sienten reconocidas y atendidas, encuentran su lugar y suficiente espacio en mi propio interior aparece la comprensión, la unidad, la paz y la dicha de la propia existencia. Una sensación de plenitud brillante y efervescente emerge. Y cuando se ponen de acuerdo la vitalidad del hombre y la serenidad de la mujer pueden llevarse, expresarse y desarrollarse en cada actividad y situación de la vida.

Tantra es la activación de estas dos polaridades dentro de nosotros, la fusión del masculino y femenino interno. Así que la profunda esencia de porque practicamos tantra es para despertar y unir nuestro Shiva (consciencia) y nuestra shakti (energía)interna. 

Cuando pasé de mi polaridad masculina: HACIENDO Y CONSIGUIENDO, a mi polaridad femenina: SIENDO Y SINTIENDO, empecé a valorar el juego, a disfrutar del permitirme gozar más del momento presente, a ser más espontanea y conectar con mi inocencia y esencia.  Jugar no es solo para niños, el juego es una parte importante de la vida del adulto, en la cultura occidental hemos perdido mucho el valor de jugar y si lo incluimos como parte importante de nuestra agenda, empezamos a ganar en creatividad y abundancia. Y hay una fuerte conexión entre el juego y la abundancia, la abundancia viene desde la relajación, desde el estar relajado, receptivo y abierto. Así que, si ahora miras en mi agenda, hay mucho más espacio que antes, hay mucho más juego, espacios de creación sin objetivo determinado y hay más abundancia en todas las áreas de mi vida. Para crear paz en el mundo, tenemos que empezar por crear paz entre las dos polaridades internas. Agradecida y atenta de cada oportunidad que me da la vida para mejorar este equilibrio interno.

Amerai Carrera

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