Esta vez he recibido el nuevo año en Hawái y a mi modo.
Mi experiencia en las islas está resultando tan y tan intensa, profunda y única que no puedo dejar de compartirla, esperando que sea recibida como una invitación a la vida, como una insinuación que empuje a exprimir el presente, ese todo tan preciado.
Hace tan solo unos días, durante un paseo por una playa llamada Secret Beach en Kawai, experimenté una honda sensación de unión con el paisaje, salvaje y exuberante.
La isla penetraba en mi cuerpo por cada poro y en cada célula, como pura energía Shakti; me arrastraba a un estado de felicidad expandida, a un éxtasis total, a un estado alterado de consciencia; me demostraba a cada paso cómo la energía cósmica nos regala su sabiduría universal y cómo, si estamos despiertos, nos bendice con su magia.
Finales de diciembre en Hawái, el sol ardiente, la tierra rociada, el agua efervescente.
Camino descalza y me fundo con la naturaleza. Respiro.
Con los sentidos abiertos, permito que mi cuerpo se impregne de lo que le rodea y siento que cada rincón me hechiza con su extrema pureza. Un aire
fresco, una brisa suave, mece el camino y me regala aromas a frutas isleñas y perfumes de flores fecundas. Mis pies descalzos se rinden confiados en su andar sobre la tierra húmeda, que a su vez los va empoderando.
Los colores, en gamas inimaginables, destacan millones de formas inmensas y minúsculas;
los frutos pisados manchan el camino como una menstruación, como pura vida.
El sol baña mi entrepierna y finísimas gotas de la lluvia tropical envuelven mi piel. La espuma blanca del Pacífico limpia densas energías; las olas mojan mis pasos, rompiendo y latiendo, invitando al palpitar de mi vagina y al despertar del corazón, que se dilata y se rompe una y otra vez mientras el cuerpo se empapa de la sal del mar.
El paisaje abraza mi cuerpo, que refleja el paisaje y que a la vez proyecta mi nuevo estado interior.
Crezco. Soy más alta y más ancha. Mis piernas mudan, se tornan esbeltas. Los muslos y las caderas irradian calor. Me muevo de un modo
nuevo. Los pechos se endurecen, rebosantes de amor. Mi cuerpo se abre a una pureza exquisita con sensibilidad incalculable, antes desconocida. Una luz interior me inunda y brilla en mí con intensidad inusitada.
> Mi modo de vida me permite conexiones personales asombrosas
Presente y enraizada, siento nacer en mí una vibración femenina, erótica y sensual, una evocación brutalmente animal. A cada paso, una pantera negra crece en mi interior, salvaje, despierta y voraz.
Abro la respiración a un aleteo continuo de sudor y, pura y cristalina, permito que la pasión entre y salga, que esté dentro y fuera, aquí, ahora, por todas partes.
Conectada al todo, enchufada a Hawai, me enamoro de cada segundo y de cada milímetro en un mundo sin tiempo y sin espacio, hasta sentir el éxtasis, la pura sensualidad.
Formo parte de todo y todo forma parte de mí.
Amerai

Terapeuta, facilitadora y formadora con experiencia establecida en Tantra, Neotantra y Sexualidad Consciente. Te acompaño a que conectes con tu auténtica esencia y te guío en un viaje mágico y sanador a lo más profundo del ser.
Te ofrezco mi guía por un camino ya vivido, por una senda que conozco y en la que te doy la mano.